http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2014/12/14/envejecimiento-activo-ciudad/908840.html
Por la inexorable ley del desgaste temporal, tanto las personas como las ciudades envejecen. El ser humano, con la suma de los años, va superando etapas hasta llegar a la vejez. Los expertos en envejecimiento activo aconsejan tres medidas imprescindibles para conseguir una ancianidad con calidad de vida: dieta sana, hábitos saludables y, sobre todo, medicina preventiva. Recomendaciones que aconsejan aplicar a partir de los 50 años para conseguir una longevidad equilibrada.
Las ciudades, también envejecen. El paso del tiempo, las inclemencias meteorológicas, el uso ciudadano y el tránsito de vehículos desgastan el tejido urbano repercutiendo en la salud de las ciudades. Para paliar el envejecimiento urbano, los entendidos predican políticas de mantenimiento y rehabilitación como terapia fundamental para rejuvenecer las ciudades. Para incitar la aplicación de esta medicina preventiva a cascos históricos, barrios degradados y núcleos rurales de Galicia, la Xunta estableció en 1996 el concepto de Área Rehabilitación Integral -conocido como ARI- subvencionando, junto con el Estado, la recuperación de viviendas y la reurbanización de espacios públicos.
Tarde, mal y arrastras el Concello, con diez años de retraso, declaró en el 2006 tres zonas ARI en Coruña: las viviendas de Nuestra Señora del Carmen, la calle Fernández Latorre y el barrio de la Sagrada Familia. Más tarde se incorporaron el casco histórico, O Birloque, Os Mariñeiros y Palavea como nuevas ARI.
Aplicando la terapia rehabilitadora, parte del tejido urbano coruñés se ha recuperado y muchas viviendas, gracias a la financiación pública, han mejorado confortablemente las exigencias básicas de calidad. Este es el camino. No obstante, todavía queda mucho trecho para intentar combatir el envejecimiento urbano. Ahora bien, ¿no sería conveniente reorientar las políticas de mantenimiento y rehabilitación hacia las entrañas de la ciudad?
Mientras que a la ciudad en superficie, la que se ve y se disfruta, se la pretende exaltar a los altares de la vanguardia sideral de las innovaciones tecnológicas del siglo XXI, la que está por debajo, la subterránea surcada por conducciones de agua, cloacas de saneamiento y todo tipo de cableados, permanece anclada a un pasado anacrónico y decrépito del siglo XX.
Las ciudades, también envejecen. El paso del tiempo, las inclemencias meteorológicas, el uso ciudadano y el tránsito de vehículos desgastan el tejido urbano repercutiendo en la salud de las ciudades. Para paliar el envejecimiento urbano, los entendidos predican políticas de mantenimiento y rehabilitación como terapia fundamental para rejuvenecer las ciudades. Para incitar la aplicación de esta medicina preventiva a cascos históricos, barrios degradados y núcleos rurales de Galicia, la Xunta estableció en 1996 el concepto de Área Rehabilitación Integral -conocido como ARI- subvencionando, junto con el Estado, la recuperación de viviendas y la reurbanización de espacios públicos.
Tarde, mal y arrastras el Concello, con diez años de retraso, declaró en el 2006 tres zonas ARI en Coruña: las viviendas de Nuestra Señora del Carmen, la calle Fernández Latorre y el barrio de la Sagrada Familia. Más tarde se incorporaron el casco histórico, O Birloque, Os Mariñeiros y Palavea como nuevas ARI.
Aplicando la terapia rehabilitadora, parte del tejido urbano coruñés se ha recuperado y muchas viviendas, gracias a la financiación pública, han mejorado confortablemente las exigencias básicas de calidad. Este es el camino. No obstante, todavía queda mucho trecho para intentar combatir el envejecimiento urbano. Ahora bien, ¿no sería conveniente reorientar las políticas de mantenimiento y rehabilitación hacia las entrañas de la ciudad?
Mientras que a la ciudad en superficie, la que se ve y se disfruta, se la pretende exaltar a los altares de la vanguardia sideral de las innovaciones tecnológicas del siglo XXI, la que está por debajo, la subterránea surcada por conducciones de agua, cloacas de saneamiento y todo tipo de cableados, permanece anclada a un pasado anacrónico y decrépito del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario